10 de marzo de 2008

Las invasiones en Guatemala.


Por: Fabrizzio García Payés.

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Las invasiones en Guatemala se han convertido en un problema a gran escala, la mayoría son dirigidas por organizaciones como el CONIC y CNOC. Estas son justificadas con el argumento de que las tierras pertenecían a los mayas o porque son pobres y por lo tanto ellos tienen derecho a la tierra y a su propiedad, no respetando el derecho de los legítimos y legales propietarios.

Estas organizaciones campesinas han invadido y destruido áreas protegidas así como fincas privadas las cuales han sido arrasadas y robadas para posteriormente ser vendidas a los grupos que han realizado estas invasiones ilegales, en el caso de las invasiones dirigidas por el líder campesino Ramiro Choc, el cual con su grupo de dirigentes se han enriquecido a costa de estas acciones, ya que después de invadir venden los terrenos a los campesinos.

El gobierno no debe negociar con estas personas bajo ningún punto de vista, ya que estas negociaciones tienen como punto de partida un acto ilegal, lo malo es que los grupos de defensores de los derechos humanos y organizaciones campesinas y sindicales no ven como un problema estas invasiones ilegales sino como una expresión del pueblo desposeído. Muchos de estos activistas creen que repartir toda la tierra de Guatemala es la solución, pero no se ponen a pensar que la mayoría de indígenas no pagan impuestos, no producen más que cultivos para su subsistencia y carecen de organizaciones como cooperativas o asociaciones productivas, además carecen de la tecnología y conocimientos.

Estas personas quisieran repartir todo lo de los demás, pero no reparten nada de lo que reciben de gobiernos extranjeros que los respalda y financia. Estos grupos y sus dirigentes podrían ayudar a estos campesinos invirtiendo los fondos que les envían del extranjero en mejorar las condiciones de educación y vida de estos campesinos, pero esto es algo que nunca vamos a ver.

La solución de los problemas del área rural no es repartir todas las tierras, estos grupos deberían dirigir los fondos que reciben del extranjero a educar y convertir a todos estos campesinos en mano de obra calificada (educación técnica) para que estos puedan obtener mejores sueldos y puedan aumentar sus ingresos y entrenar a otros miembros en sus comunidades. Por ejemplo programas como la diversificación de cultivos (fruticultura, horticultura y técnicas forestales) y de tecnología apropiada (manualidades, estufas de alta eficiencia, riego artesanal, etc.) podrían ser una excelente ayuda a estos grupos.

Si se repartiera tierra a todo el mundo como quieren estos grupos, Guatemala se convertiría en un país más pobre de lo que somos ahora, esto no es la solución, Guatemala necesita educación, apoyo tecnológico y crediticio. Los países que financian a todos estos grupos deberían enfocar sus fondos a programas útiles y no a mantener a estos dirigentes y grupos que solo critican y no aportan nada a Guatemala, estudien la realidad de Guatemala y no apoyen a dirigentes oportunistas y ladrones, ayuden a quien realmente lo necesita, abran los ojos, que sus embajadores visiten y conozcan la realidad de Guatemala no se dejen engañar por mentirosos, mafiosos y oportunistas.

Si en Guatemala no se hace respetar la propiedad privada y las áreas protegidas se perderán muchas inversiones tanto en el sector productivo como en el sector turismo además del daño ecológico irreparable que estos grupos ocasionan con sus acciones, el gobierno debe actuar enérgicamente en estos casos, no negociar con estos delincuentes, hacer respetar la propiedad privada y las áreas protegidas, que son patrimonio de los guatemaltecos, el gobierno debe proporcionar programas educativos para adultos, dirigidos al área agrícola, incluyendo programas de micro crédito para agricultores y la micro agroindustria.

En las áreas protegidas se pueden utilizar a muchos de estos campesinos como guarda recursos y guías turísticos, proporcionándoles un área de trabajo comunal y trabajo como guarda recursos. También deben incrementarse los programas para educar y tecnificar a la mujer como una fuente de ingreso extra para los hogares rurales.