Por:Edgar Orellana
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No me voy a referir a David Copperfield o Harry Houdini, dos de los escapistas más famosos de los últimos tiempos:
Esta vez me refiero al escapismo que hacemos gala con estas fiestas de navidad y año nuevo, al tratar de salir de una rutina o simplemente querer olvidar la serie de ingratas situaciones por las que atravesamos, en una sociedad donde pareciera que enfrentamos una lucha desigual de todos contra todos.
Muy buen distractor especialmente por la etapa que pasamos en Guatemala, un Presidente inepto, incapaz, sin sentido común y por si fuera poco haciendo gala a cada instante de su total ignorancia sobre los temas relevantes del país, mangoneado por sectores que propiciaron que la vida en este país se disparara a niveles insospechados, provocando que los guatemaltecos nos apretemos el cincho (cinturón) a mas no poder al beneficiar solo a un pequeño sector de ricos poderosos.
Este presidente(a propósito con minúsculas) como Mandatario es buen finquero, desafortunadamente nos tocó vivir y sufrir en carne propia este desgobierno anegado de corrupción a Dios gracias ya le quedan pocos días para que se despida y que la suerte nos llegue al fin para no verlo nunca más en la política nacional.
Los guatemaltecos escapistas en estas fiestas, aprovechamos para olvidar que los precios de la canasta básica se dispararon, las amas de casa lo que compraban hace cuatro años con cien quetzales ahora necesitan quinientos o mas, y es general todo se elevó e ir al mercado a comprar un huevo cuesta la mitad del otro.
Lo triste es volver a nuestra realidad, después de los traguitos, los pocos tamales que se pudieron hacer, si hubo suerte una gallinita, y ahora a enfrentar los problemas cotidianos mucho más duros y crudos.
El escapismo es una forma de olvidar por un día o dos lo que pasamos a diario, pero claro ya surgirán quienes desde una posición de gobierno digan que solo nos quejamos y que nunca estamos conformes, por supuesto, la vida para ellos es diferente, carros de lujo, guardaespaldas, y mucho dinero, en su mayor parte robado del erario nacional, (una vez me dijo un político, es que el 10% de las obras es legal) con sorna le dije usted es un ladrón honrado.
Bienvenidos a la cruda y triste realidad, bueno ya falta menos de una semana para que seamos protagonistas de otro acto de ilusionismo o escapismo, el año nuevo.
Esta vez me refiero al escapismo que hacemos gala con estas fiestas de navidad y año nuevo, al tratar de salir de una rutina o simplemente querer olvidar la serie de ingratas situaciones por las que atravesamos, en una sociedad donde pareciera que enfrentamos una lucha desigual de todos contra todos.
Muy buen distractor especialmente por la etapa que pasamos en Guatemala, un Presidente inepto, incapaz, sin sentido común y por si fuera poco haciendo gala a cada instante de su total ignorancia sobre los temas relevantes del país, mangoneado por sectores que propiciaron que la vida en este país se disparara a niveles insospechados, provocando que los guatemaltecos nos apretemos el cincho (cinturón) a mas no poder al beneficiar solo a un pequeño sector de ricos poderosos.
Este presidente(a propósito con minúsculas) como Mandatario es buen finquero, desafortunadamente nos tocó vivir y sufrir en carne propia este desgobierno anegado de corrupción a Dios gracias ya le quedan pocos días para que se despida y que la suerte nos llegue al fin para no verlo nunca más en la política nacional.
Los guatemaltecos escapistas en estas fiestas, aprovechamos para olvidar que los precios de la canasta básica se dispararon, las amas de casa lo que compraban hace cuatro años con cien quetzales ahora necesitan quinientos o mas, y es general todo se elevó e ir al mercado a comprar un huevo cuesta la mitad del otro.
Lo triste es volver a nuestra realidad, después de los traguitos, los pocos tamales que se pudieron hacer, si hubo suerte una gallinita, y ahora a enfrentar los problemas cotidianos mucho más duros y crudos.
El escapismo es una forma de olvidar por un día o dos lo que pasamos a diario, pero claro ya surgirán quienes desde una posición de gobierno digan que solo nos quejamos y que nunca estamos conformes, por supuesto, la vida para ellos es diferente, carros de lujo, guardaespaldas, y mucho dinero, en su mayor parte robado del erario nacional, (una vez me dijo un político, es que el 10% de las obras es legal) con sorna le dije usted es un ladrón honrado.
Bienvenidos a la cruda y triste realidad, bueno ya falta menos de una semana para que seamos protagonistas de otro acto de ilusionismo o escapismo, el año nuevo.
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