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AMOR: Al estudiarse los versículos 1 al 8 de 1 Corintios 13, no puede dejar de notarse que, la Biblia, no se refiere a sentimientos ni a relaciones corporales, sino a algo más sublime, que puede resumirse y definirse así: “El amor es un poder espiritual (de nuestro espíritu o yo) que nos es dado de lo alto y que nos permite sacrificarnos por otro”. También podría definirse como: “la cualidad que nos permite anteponer con altruismo, los intereses y necesidades ajenas, sobre las nuestras. La Biblia nos dice cómo:
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Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. Mateo 7:12..
El exponente más grande del amor es Jesucristo, quien pensando exclusivamente en nuestro beneficio, al traernos un mensaje de salvación, no en el de Él, aceptó manifestarse como humano, sabiendo que lo vituperarían, escupirían, azotarían, insultarían y golpearían, para finalmente crucificarlo como a un delincuente de la peor calaña.
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CORRUPCION: Lo contrario del amor, actuar prensando exclusiva o principalmente en el beneficio material que recibiremos a cambio de nuestra actividad. Es corrupto el chiclero que se acerca a las aglomeraciones de personas y vende con un 50% o más de recargo sobre el precio normal, es corrupta la tortillera que da menos tortillas de lo pactado, también el comerciante cuya balanza está ajustada a su favor; y así, el profesional y el artesano que no se preocupa por servir adecuadamente a su cliente, sino del billete que está al concluir.
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Así, todos nosotros somos corruptos, de una manera u otra, en mayor o menor grado, no hay uno que no lo sea:
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; Romanos 3:10.
Como es natural, la corrupción o falta de amor, manifestada al no atender los seres humanos, concienzudamente, las razones de su función social, en beneficio principalmente de los demás, repercute en mayor número de afectados, a medida que los responsables de cumplir tal función social, ocupan posiciones de mayor liderazgo, de donde la gran importancia de que nuestros líderes religiosos y políticos, se esfuercen por lograr practicar y enseñar ese amor hacia su prójimo.
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Ahora bien: ¿Quién es el responsable de toda esta corrupción?, No hay duda que Satanás, el príncipe de este mundo según la Biblia; pero no es sólo Satanás, él tiene gran cantidad de asociados aquí en la Tierra, que operan a su favor y no se dan cuenta, hasta creen que operan del lado de Dios.
Estos son los líderes religiosos, que no han podido llevar un mensaje claro y comprensible sobre las cosas de Dios. Hay multitud de iglesias “cristianas”, que no responden a cabalidad o lo hacen cada una de diferente manera, las siguientes preguntas:
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P: Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Génesis 3:19.
Si fuimos hechos del polvo de la tierra, la arcilla o barro según algunas versiones bíblicas, ¿por qué al morir no volvemos a ser un muñeco de barro, como según los religiosos, no la Biblia, fue hecho Adán?
R: porque Adán no fue hecho de esa clase de polvo, sino del átomo, el polvo más fino sobre la tierra, palabra que si se hubiera incluido en Génesis, sin saber nosotros lo que es, habríamos comprendido menos. Lo lógico, entonces, es que Dios, con los átomos de la Tierra (el planeta) hiciera un cuerpo biológicamente vivo, el de Adán, y luego le soplara aliento de vida en la nariz para que viniera a ser un ser completo o alma viviente. Así, Adán y todos nosotros, tenemos dos clases de vida, una biológica que debemos sustentar a través de los alimentos (comida y agua) y una espiritual soplada en la nariz, que debemos nutrir a base de una comunicación inteligente con Dios, escudriñando las Escrituras, como Él mismo ordena.
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Esta relación no debe ser a base de sentimientos y emociones, como en muchas religiones en que en el caso extremo, caen en histerismo colectivo. Es la falta de esta nutrición espiritual, el origen, fundamento e inercia de todos nuestros males sociales. Lo lógico es, entonces, que Adán no fue hecho de barro.
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P: ¿A donde vamos al morir?
R: Algunas religiones aseguran que, dependiendo de nuestra edad y nuestra pecaminosidad en ese momento, iremos al limbo, al purgatorio, o al infierno. Otras aseguran que vamos a la presencia de Dios en espíritu, como si tuviéramos un duplicado nuestro, de naturaleza espiritual, en nuestro propio interior, que en estado consciente viaja a Dios. Otras mas aseguran que pasamos a un estado de inconciencia. Total, por medio de las religiones, no se sabe.
(continuará...)
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