Por: Fabrizzio García Payés.
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Reflexionando sobre un articulo del periodista Jorge Palmieri, me puse a pensar acerca de las victimas inocentes del incendio de la embajada de España el 31 de Enero de 1980, el ex vicepresidente Eduardo Cáceres Lehnoff, el ex canciller Adolfo Molina Orantes y los empleados guatemaltecos que laboraban en la embajada de España.
Todos mencionan los derechos de los terroristas que tomaron "pacíficamente la embajada" con clara complicidad del embajador de España, Máximo Cajal y López y su secretario Jaime Ruiz Del Árbol, los cuales viajaron al Quiché a planificar la toma pacifica de la embajada pocos días antes del trágico evento, en clara violación de la convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, al inmiscuirse en asuntos internos de Guatemala.
NADIE pide justicia por los asesinatos de las victimas inocentes invitadas insistentemente por el comunista y terrorista Máximo Cajal y López. El pueblo guatemalteco y la comunidad internacional influenciados por los relatos de Rigoberta Menchú y todos sus camaradas comunistas han dejado por un lado la verdad de los hechos, el responsable de este acto es el ex embajador Cajal y López, el cual nunca escondió el hecho de su militancia comunista y el desprecio y odio por el gobierno guatemalteco.
Por lo tanto le pido al Ministerio Publico que investigue las acciones de Máximo Cajal y López antes y durante el atentado terrorista coordinado con miembros del CUC y su persona, establecer su responsabilidad en el secuestro y posterior asesinato del ex vicepresidente Cáceres Lehnoff, el ex canciller Molina Orantes y los empleados Guatemaltecos de la embajada de España.
Guatemala merece saber la verdad, merece justicia para sus ciudadanos asesinados cobardemente por ciudadanos españoles escudados cobardemente bajo la inmunidad diplomática.
Licenciado Luís Florido, Fiscal General del Ministerio Público, investigue los hechos, solicite la extradición del ex-embajador Cajal y López, haga que la justicia y leyes de Guatemala se cumplan.
NO PERMITA que personajes como Cajal y López se escondan cobardemente de sus responsabilidades, demuestre que en Guatemala si se persiguen a los asesinos y sus cómplices.
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