Por: René Rodas
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En estos días se discute la posibilidad de que la deuda del país aumente aproximadamente en Q3 mil millones. A menos de 10 días de tomar el poder, se considera que necesario que el país se comprometa a más obligaciones, ya sean de deuda interna o externa, los pobres del país seguirán pagando por dinero que no llega a mejor su nivel de vida mucho menos sacarlos de la miseria en que viven.
¿Será que el nuevo gabinete de gobierno tendrá la capacidad de concretar el presupuesto general de la nación y que la obra social planificada será culminada? Esperemos que esto no sirva para pagar deudas políticas.
Cuando se plantean proyectos de desarrollo, debe presentarse una proyección del impacto social que se pretende y mostrar los beneficios que traerá a corto, mediano y largo plazo, sin olvidar el origen de los recursos.
Comparto el ideal de muchos escritores, que indican que el país no debe gastar más de lo que tiene o genera, si es necesario reducir el aparato estatal habrá que hacerlo. Cuando se llegan a los niveles de endeudamiento como el nuestro, podríamos decir que se paga parte de una deuda contrayendo otra mayor, es como si pretendiéramos que una serpiente se enrosque en forma circular y empiece a comerse su cola.
Algunos días me pregunto ¿Dónde se invirtió el valor de las propiedades vendidas por el Estado en anteriores administraciones? ¿Qué fin tuvo el ingreso de los famosos eurobonos? Si alguien tiene la respuesta por favor cuénteme.
Mucho se ha hablado de un gobierno con transparencia que permita la participación de todos los sectores con representación social y la ciudadanía en general en la toma de decisiones, pero también agreguemos la fiscalización social que avale la erogación de rubros de gasto e inversión.
Señores congresistas, publiquen periódicamente en todos los medios de comunicación el avance de la ejecución del presupuesto, no permitan transferencias de partidas. Enseñen y faciliten a todos los ciudadanos del país como participar y ser co-responsables del buen manejo del presupuesto de cada comunidad. Y sobre todo impulsen las auditorías sociales que ya existen por ley.
Cuando se plantean proyectos de desarrollo, debe presentarse una proyección del impacto social que se pretende y mostrar los beneficios que traerá a corto, mediano y largo plazo, sin olvidar el origen de los recursos.
Comparto el ideal de muchos escritores, que indican que el país no debe gastar más de lo que tiene o genera, si es necesario reducir el aparato estatal habrá que hacerlo. Cuando se llegan a los niveles de endeudamiento como el nuestro, podríamos decir que se paga parte de una deuda contrayendo otra mayor, es como si pretendiéramos que una serpiente se enrosque en forma circular y empiece a comerse su cola.
Algunos días me pregunto ¿Dónde se invirtió el valor de las propiedades vendidas por el Estado en anteriores administraciones? ¿Qué fin tuvo el ingreso de los famosos eurobonos? Si alguien tiene la respuesta por favor cuénteme.
Mucho se ha hablado de un gobierno con transparencia que permita la participación de todos los sectores con representación social y la ciudadanía en general en la toma de decisiones, pero también agreguemos la fiscalización social que avale la erogación de rubros de gasto e inversión.
Señores congresistas, publiquen periódicamente en todos los medios de comunicación el avance de la ejecución del presupuesto, no permitan transferencias de partidas. Enseñen y faciliten a todos los ciudadanos del país como participar y ser co-responsables del buen manejo del presupuesto de cada comunidad. Y sobre todo impulsen las auditorías sociales que ya existen por ley.
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