Por: Edgar Orellana
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Genera resquemores esta opinión sobre quien, insisto, fue mejor Presidente, Licenciado Alfonso Portillo Cabrera.
Recibí la mayor cantidad de correos electrónicos, unos felicitándome por abordar con valor y entereza mi punto de vista a favor del Ex–Presidente, otros defendiendo al mediocre presidente que deja el cargo el lunes y los menos con ofensas y diatribas contra quien esto escribe.
Y es que no cabe duda que en un pequeño grupo funcionó perfectamente la campaña negra que se desató en contra de Portillo, yo jamás he dicho que no existió corrupción en ese gobierno, y hasta con pelos señales puedo decir quienes se enriquecieron a la sombra del poder, conozco mucha gente que llegó con pantalones rotos a los puestos, pidiendo cien quetzales prestados para el mes y salieron vistiendo casimir inglés, con muchos millones en sus cuentas.
Mi comentario de ayer no fue para defender a los pícaros que hicieron su agosto en el gobierno portillista, fue sencillamente establecer las diferencias entre Portillo y Berger, y que son marcadas, mientras el primero mostró agudeza e inteligencia, el segundo demostró no tener ni idea siquiera de lo que estaba haciendo.( en una futura oportunidad publicaré las frases célebres de Oscar José Rafael Berger Perdomo) hasta para ponerle nombre no querían dejar ninguno fuera, con ese nombre mas parece familiar de la chimoltrufia.
El problema y lo reitero es que mientras al gobierno de Portillo le dieron cobertura a todo lo que hacía y estaban atentos a sus movimientos, al botarate de Berger hasta sus disparates eran pasados por alto, los grandes actos de corrupción se quedaron en el olvido, y se hicieron denuncias en su momento que no recibieron seguimiento de los medios de comunicación.
Si de medir actos de corrupción se trata, por cada uno que mencionen de los portillistas existen dos de los bergeistas, ( conste que no dije ber-shit’stas) quienes hablen de corrupción que digan donde y cuando porque da la impresión que solo se dejan llevar por la información de los medios, existiendo algunas muestras que todo fue una farsa.
El caso de la conexión Panamá por ejemplo, “archivado” el patronato al cual perteneció Reyes López, “archivado” y así existen muchos casos que solo fue llamarada de tusas sin pruebas sobre lo que señalan, además fue en el gobierno de Portillo donde se encarcelaron a personajes como Barrientos, Abadío Molina, Dubón Palma, etc.… acusados de corrupción.
Yo no quiero ser un defensor oficioso de Alfonso Portillo a quien ni siquiera conozco personalmente, pero al pan, pan y al vino, vino; además considero que en los próximos meses se darán sorpresas cuando venga a Guatemala a demostrar que todo fue una persecución política y que él tiene suficientes pantalones para defenderse solo sin necesidad de “tecomates para nadar”
Quienes señalan del porqué se fue a México, cualquiera lo habría hecho en su lugar, si la orden que se había girado era detenerlo a cualquier costa y hacerlo pasar por el escarnio de la cárcel sin importar si era culpable o no, en el gobierno que gracias a Dios ya termina, no tenían un proyecto de nación y mientras hacían el desgobierno que todos conocemos lanzaron cortinas de humo sobre este caso para desviar la atención.
Recibí la mayor cantidad de correos electrónicos, unos felicitándome por abordar con valor y entereza mi punto de vista a favor del Ex–Presidente, otros defendiendo al mediocre presidente que deja el cargo el lunes y los menos con ofensas y diatribas contra quien esto escribe.
Y es que no cabe duda que en un pequeño grupo funcionó perfectamente la campaña negra que se desató en contra de Portillo, yo jamás he dicho que no existió corrupción en ese gobierno, y hasta con pelos señales puedo decir quienes se enriquecieron a la sombra del poder, conozco mucha gente que llegó con pantalones rotos a los puestos, pidiendo cien quetzales prestados para el mes y salieron vistiendo casimir inglés, con muchos millones en sus cuentas.
Mi comentario de ayer no fue para defender a los pícaros que hicieron su agosto en el gobierno portillista, fue sencillamente establecer las diferencias entre Portillo y Berger, y que son marcadas, mientras el primero mostró agudeza e inteligencia, el segundo demostró no tener ni idea siquiera de lo que estaba haciendo.( en una futura oportunidad publicaré las frases célebres de Oscar José Rafael Berger Perdomo) hasta para ponerle nombre no querían dejar ninguno fuera, con ese nombre mas parece familiar de la chimoltrufia.
El problema y lo reitero es que mientras al gobierno de Portillo le dieron cobertura a todo lo que hacía y estaban atentos a sus movimientos, al botarate de Berger hasta sus disparates eran pasados por alto, los grandes actos de corrupción se quedaron en el olvido, y se hicieron denuncias en su momento que no recibieron seguimiento de los medios de comunicación.
Si de medir actos de corrupción se trata, por cada uno que mencionen de los portillistas existen dos de los bergeistas, ( conste que no dije ber-shit’stas) quienes hablen de corrupción que digan donde y cuando porque da la impresión que solo se dejan llevar por la información de los medios, existiendo algunas muestras que todo fue una farsa.
El caso de la conexión Panamá por ejemplo, “archivado” el patronato al cual perteneció Reyes López, “archivado” y así existen muchos casos que solo fue llamarada de tusas sin pruebas sobre lo que señalan, además fue en el gobierno de Portillo donde se encarcelaron a personajes como Barrientos, Abadío Molina, Dubón Palma, etc.… acusados de corrupción.
Yo no quiero ser un defensor oficioso de Alfonso Portillo a quien ni siquiera conozco personalmente, pero al pan, pan y al vino, vino; además considero que en los próximos meses se darán sorpresas cuando venga a Guatemala a demostrar que todo fue una persecución política y que él tiene suficientes pantalones para defenderse solo sin necesidad de “tecomates para nadar”
Quienes señalan del porqué se fue a México, cualquiera lo habría hecho en su lugar, si la orden que se había girado era detenerlo a cualquier costa y hacerlo pasar por el escarnio de la cárcel sin importar si era culpable o no, en el gobierno que gracias a Dios ya termina, no tenían un proyecto de nación y mientras hacían el desgobierno que todos conocemos lanzaron cortinas de humo sobre este caso para desviar la atención.
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Y una vez mas señalo que desde mi particular punto de vista, Alfonso Portillo fue mejor presidente de Guatemala y Oscar Berger no le llega ni a los talones.
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