En las aulas de estudio se hace énfasis en enseñar que Guatemala es un país eminentemente agrícola y que la explotación de los productos agropecuarios hará que el país se encamine por las sendas del desarrollo.
Sin duda, algunos productos agrícolas de gran demanda ayudaron en su momento a la economía nacional, sin embargo muchos productos “no tradicionales” han tomado el lugar de los productos “tradicionales”, pese a que el café se ha venido tomando un repunte en la economía.
Dentro de los productos agrícolas que han florecido últimamente se encuentra el mango Tommy y el limón Persa, que en las zonas cálidas han tenido gran impulso y aceptación. Sin duda continuará la tendencia de incrementar el área de estos cultivos semi-permanentes debido a su generosidad.
Cabe hacer un paréntesis antes de adentrarnos a los rubros que sostienen nuestra economía “Eminentemente agrícola”, debemos preguntarnos ¿cuál es la razón por la que no se fomenta la industria en el área rural?, ¿Porqué no se impulsan proyectos agroindustriales, que permitan incorporar un valor agregado a los productos antes de su exportación? ¿Por qué seguimos pensando en explotar la tierra como un camino hacia el desarrollo sostenible?
Si bien es cierto, no estamos en la posición de detener la producción agrícola sin darle a los campesinos y agricultores una alternativa que les permita generar ingresos para sus familias, si podemos evaluar los últimos 20 años de actividad económica y confirmar que no hay cambios sustanciales en el modo de producción, ni en la situación económica y social del área rural. Hace falta un cambio radical que lleve desarrollo hasta el último rincón de la nación.
En este punto cabe mencionar que el verdadero potencial económico de Guatemala es su gente, nos hemos convertido en exportadores de nuestros propios hermanos. Duele decirlo, nuestros compatriotas han tenido que buscar fuera de las fronteras nacionales la oportunidad de desarrollo que nuestro país no les brinda, han aportado su esfuerzo, trabajo y creatividad a un país ajeno.
En estos momentos nuestra economía descansa en la cantidad de remesas familiares que ingresan al país. Nuestros compatriotas ausentes son quienes realmente aportan el diferencial económico para mantener nuestra balanza de pagos en forma decorosa. No hemos sido capaces de producir lo suficientes para que nuestra economía no sufra un colapso, sin ellos seguramente nuestra estaríamos en recesión.
Esto es el resultado de una mala planificación económica, de falta de políticas acertadas para el desarrollo sostenido y de funcionarios que ven los problemas económico-sociales del país sin conciencia.
Sin duda, algunos productos agrícolas de gran demanda ayudaron en su momento a la economía nacional, sin embargo muchos productos “no tradicionales” han tomado el lugar de los productos “tradicionales”, pese a que el café se ha venido tomando un repunte en la economía.
Dentro de los productos agrícolas que han florecido últimamente se encuentra el mango Tommy y el limón Persa, que en las zonas cálidas han tenido gran impulso y aceptación. Sin duda continuará la tendencia de incrementar el área de estos cultivos semi-permanentes debido a su generosidad.
Cabe hacer un paréntesis antes de adentrarnos a los rubros que sostienen nuestra economía “Eminentemente agrícola”, debemos preguntarnos ¿cuál es la razón por la que no se fomenta la industria en el área rural?, ¿Porqué no se impulsan proyectos agroindustriales, que permitan incorporar un valor agregado a los productos antes de su exportación? ¿Por qué seguimos pensando en explotar la tierra como un camino hacia el desarrollo sostenible?
Si bien es cierto, no estamos en la posición de detener la producción agrícola sin darle a los campesinos y agricultores una alternativa que les permita generar ingresos para sus familias, si podemos evaluar los últimos 20 años de actividad económica y confirmar que no hay cambios sustanciales en el modo de producción, ni en la situación económica y social del área rural. Hace falta un cambio radical que lleve desarrollo hasta el último rincón de la nación.
En este punto cabe mencionar que el verdadero potencial económico de Guatemala es su gente, nos hemos convertido en exportadores de nuestros propios hermanos. Duele decirlo, nuestros compatriotas han tenido que buscar fuera de las fronteras nacionales la oportunidad de desarrollo que nuestro país no les brinda, han aportado su esfuerzo, trabajo y creatividad a un país ajeno.
En estos momentos nuestra economía descansa en la cantidad de remesas familiares que ingresan al país. Nuestros compatriotas ausentes son quienes realmente aportan el diferencial económico para mantener nuestra balanza de pagos en forma decorosa. No hemos sido capaces de producir lo suficientes para que nuestra economía no sufra un colapso, sin ellos seguramente nuestra estaríamos en recesión.
Esto es el resultado de una mala planificación económica, de falta de políticas acertadas para el desarrollo sostenido y de funcionarios que ven los problemas económico-sociales del país sin conciencia.
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