5 de febrero de 2008

Mujeres extraordinarias (Lydia Cacho)primera parte.





Natalia Kravtsov



Siguiendo con nuestra serie sobre las mujeres extraordinarias , es imposible no hablar sobre una bella y valiente mujer , periodista, escritora mexicana, autora de varias obras de mucho impacto social, y que ha sido premiada en varias ocasiones por su labor periodística .
Lydia Cacho es también una reconocida activista por los derechos humanos y especialmente los de la mujer. Ciudadana mexicana admirable que se atrevió denunciar la mafia en su país, y a varios funcionarios públicos corruptos muy poderosos .

Por eso fue secuestrada y golpeada por policías de Puebla a finales de 2005 con engaños, por la fuerza y sin orden escrita por autoridad. Lydia está amenazada de muerte si continúa denunciando a la red de traficantes de niños. Sin embargo lucha sin claudicar y continua denunciando la red de narcotráfico y de la explotación sexual de los menores. En el 2005 publicó su libro llamado “ Los demonios del Edén”, donde denuncia con nombres, apellidos y documenta la red empresarios- gobierno para explotar sexualmente a niños mexicanos . En base de este libro se filmó por la cineasta Alejandra Islas un documental, que se estrenó en el Distrito Federal dentro del Segundo Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México, una crónica sobre la lucha de la feminista y periodista Lydia Cacho al enfrentarse a los poderes que protegen a un pederasta en Cancún.

Al darles la voz a niñas y niños víctimas de abuso sexual en su libro LOS DEMONIOS DEL EDEN, la periodista se convierte también en una víctima del crimen organizado al verse encarcelada y acusada de difamación. Desde su detención a fines del 2005 y durante el 2006 y el 2007, Lydia Cacho se ha ocupado de su defensa y de denunciar a las redes que unen a un grupo de empresarios y políticos corruptos que se aferran duramente a sus posiciones de poder.

El documental fue realizado durante 18 meses en Cancún, Puebla, Tehuacan y ciudad de México. Durante este período el equipo siguió varios momentos cruciales del caso de Lydia Cacho.
La producción arrancó en enero del 2006 cuando Lydia organizó el concierto contra los Feminicidios en el Zócalo de la Ciudad de México, a un mes de su detención. A lo largo de ese año, se filmaron varias sesiones en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los juzgados de Cancún, en las maquiladoras de Tehuacan, en las calles de Puebla ,en el Centro Integral de Atención a la Mujer entre otros.

Al revelarse las conversaciones telefónicas entre los personajes denunciados y sus amigos empresarios y políticos, se obtuvo el material necesario para utilizar los fragmentos que aparecen en el documental y que retratan crudamente el “modus operandi” de una red de corrupción.

También se contó con los testimonios de mujeres del equipo del CIAM, con la opinión del experto en geopolítica Alfredo Jalife Rahme y con las voces de periodistas renombrados como Blanche Petrich, Jorge Zepeda y Carmen Aristégui.

El documental incluye los testimonios de los defensores de derechos humanos y redes cívicas de Puebla como Martín Barrios, Rodrigo Hernández, Gastón de la Luz y Julio Glockner que muestran la otra cara del gobernador Mario Marín y su amigo el empresario Kamel Nacif.

Se incluyen fragmentos televisivos del seguimiento del caso y de la manera en que se proyectó a la opinión pública.

Otra parte del documental se da en el Centro Integral de Atención a la Mujer en Cancún que Lydia Cacho fundó. y donde gracias al notable esfuerzo de un grupo de mujeres y hombres, se logran avances en la batalla contra la violencia hacia mujeres y menores.

El documental se concluyó en junio del 2007.

Como comenta Lydia en una de sus entrevistas: “Solamente en el 2004, 73 mujeres fueron asesinadas por sus parejas en Quintana Roo, la mayoría con lujo de violencia. Nosotras estamos previniendo asesinatos, y para muchos agresores, que se consideran propietarios de sus mujeres, esto es absolutamente imperdonable. Pero también sabemos que estamos más fuertes que nunca, convencidas de que trabajamos para construir la paz y eso tiene un costo en una sociedad que se sostiene sobre el valor de la masculinidad violenta y que se viste de corrupción. No somos ni seremos víctimas silenciadas, somos mujeres y hombres con una convicción y una tarea profesional, pero sobre todo, que sabemos que estamos acompañadas en ella por millones que piensan como nosotras, que otro mundo, libre de violencia y sexismo, es posible...aunque el Estado Mexicano intente demostrar lo contrario: somos más por la paz
.”

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